martes, 31 de enero de 2012

CLIENTE, MOZO Y COCINERO…. ESA TRILOGÍA IMPERFECTA!.

  
   La verdad que, cada vez más, el hecho de ir a un restaurante o confitería, se transforma en una gran “aventura”!.
   La vez pasada, fuimos a almorzar a un lugar donde, sabemos, cuentan con cinco cocineros que van rotando según el día de la semana. Ayer, pedimos dos menúes, uno de pastas y una carne. Con las consabidas indicaciones de lo deseado.
   El mozo, solícito, paciente cual obediente monaguillo y tomando nota del pedido. Ofreciendo opciones sobre el plato elegido pero… ¿Qué es lo que realmente anota ese mozo en la comanda?.
   Pasado un tiempo, el mozo trae los menúes, miro los preparados, miré al mozo y le dije: ¿Cocinero nuevo?. Con cara de sufrimiento, me dijo que sí.
Realmente, de lo solicitado, no se acercaba en absoluto.
   Siempre me pregunto ¿En qué consiste ese juego incierto en el que la comunicación entre las personas intervinientes, rara vez se logra?. ¿En qué lugar del proceso del pedido se corta el flujo de información desde que se origina en el cliente y llega al cocinero?. Es un verdadero “Misterio”!.
   Lo molesto es que, un momento que podría ser para compartir, distenderse, etc. , se transforma en un disgusto tras otro que arruina bastante el momento.
   Cuando pasó el mozo, le dije que no debían “experimentar”, con un posible nuevo personal, con los clientes presentes. Que eso, se debe hacer, fuera de horario de atención al cliente. Más cuando se corre el “peligro” de que, en este caso, el cocinero, ya venga con costumbres propias para trabajar que se alejan a lo solicitado o acostumbrado en ese local.
   Ahora bien, está probado algo más que interesante: Sea empleado fijo o nuevo en un local, el cocinero; aunque más de una vez es el “alma” de un local, también, puede convertirse en el peor desastre de ese local!.
  
   
                                         ADRIANA A. GROSSI
                                                      31/01/12
                                                                    




domingo, 29 de enero de 2012

LAS BACTERIAS ESTÁN DE "FIESTA"!... HOY, TOCA POLLO!



    ¿A quién no le gusta alguna comida con pollo?. Al horno, con arroz, en cazuela... Hasta frito!.
    Pues bien. Vamos un poquito más atrás de ese plato dorado y suculento que nos puede tentar!.
   Ese pollo que compramos. ¿Es de granja o de dónde?.
   Si es de granja reconocida, podríamos tener la certeza de que fue alimentado de forma "natural" y respetando su tiempo de crecimiento para, luego, transformarse en un pollo desplumado, sin vísceras y listo para la venta.
   Ahora bien. Donde lo compramos, ese pollo; ¿Tiene la piel fresca o emana un olor dulzón y su color es tono amarronado y como si fuera papel encerado?. si es así... Deséchelo!. No es para nada fresco!.
   Existen dos factores muy importantes en la "ética" bromatológica: La seriedad de quien vende el producto y el conocimiento sobre el mismo de quien lo compra.
   si un producto no está en buen estado, no hay macerado con elementos ácidos, como limón o vinagre, ni condimentos, frescos o secos, que valgan.
   El proceso de descomposición de la carne, en este caso de pollo, ya entró en acción.
   Lo mismo sucede con esos "tentadores" pollos al spiedo que ofertan, en algunos supermercados, para la venta de comidas preparadas... ¿Eran frescos...O su vencimiento se les vino encima y tenían que darle salida de algún modo?.
   Y hablando de "bacterias de Fiesta". ¿Qué pasa cuando compramos esas bandejitas con pollo o piezas de pollo?. Miramos la fecha de envasado, la fecha de vencimiento. Cuidamos que no tenga "líquidos" danzando alrededor de la pieza. (Si tiene líquido, la pieza pudo estar congelada). Seguimos con la compra de supermercado, vamos a la caja registradora. Hacemos cola. Nos dirigimos a casa. Guardamos toda la compra. Lo que corresponde a la heladera; pero... ¿A dónde fue a parar la cadena de frío?.
   Hablemos de un pollo sano, fresco y listo para preparar. No debemos olvidar que su anatomía presenta distintos relieves, con sus respectivos paquetes musculares, grosores y demás.
   Si su cocción es al horno, entero, en el que su piel, pasado un buen tiempo de horno, nos presenta una seductora piel dorada y crocante... Fijémonos cómo está su carne en la zona de los huesos grandes: Si presenta jugos sanguinolientos y no se continúa la cocción, (Y hay que prestar muchísima atención). Ahí ya tenemos bacterias preparadas para la "Fistea"!.
   Por ejemplo, se nos ocurre comprar milanesas de pollo. Las pesan, las envuelven, las llevamos a casa. Primorosamente las preparamos al horno o fritas. Las servimos. Cortamos el primer trozo, y... Adentro, no están cocidas!.
   Estudié mejor qué sucedía:
   El "secreto" era que, quien vendía las milanesas, las apanaba varias veces para generar más peso al venderlas. Al cocinarlas, imposible que el calor de la cocción cumpliera su propósito ante esa "barrera" gruesa de huevo batido y pan rallado que impedía una correcta cocción!..
   Moraleja: Haga usted misma sus milanesas de pollo!. De paso, puede comprobar si la carne de esa pechuga de pollo es... ¡Saludable!.
                                             
                                                 ADRIANA A. GROSSI
                                                     29/01/12


BROMATOLOGÍA

      
    Vamos a hacer una breve introducción a esta Ciencia que, alguna vez habremos escuchado decir por ahí y nos quedamos con que era sólo una palabra rimbombante que sonaba a broma. Pues no:
    Bromatología: Del Griego. Broma: Alimento y Logos: Estudio. "Es la ciencia que estudia los alimentos en cuanto a su producción, manipulación, conservación, elaboración y distribución. Y su relación con la sanidad. Su significado higiénico y toxicológico de las alteraciones y contaminaciones. Cómo y por qué ocurren. Cómo evitarlas, seguridad alimentaria, protección de los alimentos y del consumidor...".
   Pues bien, saltemos del libro que reza todo eso y vamos a darle una miradita a nuestro diario vivir.
   ¿Tenemos instrucción sobre todo eso?.  ¿La tienen o la tuvieron aquellos que conformaron nuestro entorno más próximo a medida que fuimos creciendo y aprendiendo cosas?. ¿Nos sentimos que esa ciencia es sólo para aquellas personas que estudian sobre esos temas?. Pues no. la información está al alcance de todos y, más, con los medios con los que ahora se cuentan.
   Es más, acaso, cuando vamos a un supermercado, instintivamente, ¿no nos ponemos a mirar la fecha de vencimiento de un producto?. ¿No?. Pues sería más que "saludable" comenzar a hacerlo!.
   Todo alimento, tiene su vigencia, hasta las golosinas.
                                          ADRIANA A. GROSSI
                                             29/01/12

sábado, 28 de enero de 2012

DIME QUÉ COMES Y TE DIRÉ EN QUÉ TERMINAS (PARTE 2)

   
   Muchas veces, nos “preocupamos”, nos “enojamos” y hasta terminamos aceptando la supuesta
cruel “realidad” de que las calorías, junto a los “perversos” hidratos de carbono que atentan en nuestra contra… Han vencido.
   Pues no. No es así.
   El asunto es qué hacemos con ellos!.
   Además, ¿Quién es que domina el cuerpo?. ¿La persona o lo que ingiere?.
   Está probado que la voluntad, no tiene fronteras… Si nos lo proponemos!.
   En cuanto a lo que consumamos, (me estoy refiriendo a alimentos, no a “distracciones” que a veces tientan por sus sabores, empaquetados en simpáticos paquetitos; y que, reglamentariamente tiene impreso, por ley y en esa letra tan chiquita que nadie se toma el trabajo de leer pero que sí “confiesa” aquellos componentes no tan saludables pero que sí sirven para conservar la salud del producto empaquetado: Conservantes, colorantes supuestamente permitidos y otros etc.).
   Pensar que, cuando era chica, lo único que había en mercado eran una bolsas grandotas con papas saladas, (que en realidad eran rodajas de nabo, pero elementos naturales al fin), que se compraban para reuniones, copetines y demás.
   Ahora, presentan tantas variedades saborizadas, tan “seductoras” para las papilas gustativas; y, hasta me pongo a pensar y me pregunto si no llegarán a ponerle algo que incite a su “desenfrenada” ingesta sin que el usuario se dé cuenta. Perdón, es que recordé que tenía un gato al que le compraba un paquetito de alimento que tenía tártar y… Le había creado una dudosa adicción!.
   EL secreto radica en saber identificar y diferenciar entre lo nutritivo, que también puede gustar, y la “tentación”!.
   La vez pasada, una persona, con expresión “sufriente”, me comentó que estaba realizando una dieta más que estricta. Le comenté que no era necesario “sufrir” tan de golpe al sentirse “despojado” de aquellas cosas que le daban satisfacción; sino, lograr el justo equilibrio. Como por ejemplo: ¿Le gustan los fideos?. No se prive!. Pero tenga la cortesía, de degustar un bocado-rollito en su tenedor, disfrutarlo y sentirse cumplida. Sino, ante esa privación, iba a estar pensando, constantemente, en esos fideos que no le dejan dormir y sería como tener un fideo pegado en la mente!.  



                                           ADRIANA A. GROSSI

                                                   27/01/12

DIME QUE COMES Y TE DIRÉ EN QUÉ TERMINAS (PARTE 1)

    
     De todo lo que se estudia, se aprende e investiga, cada quien debe tomar aquello que realmente es y está acorde a su deseo y necesidades.
     A lo largo de la historia de la Humanidad, podemos encontrar muchos textos donde exponen, con la más buena voluntad y de acuerdo a sus épocas, qué es lo que se considera conveniente y hasta necesario. Ahora bien, lo importante, es que cada quien elija y adapte lo que se presente a su propia situación y convicción.
    Recordando ciertos principios de la medicina Ayurvédica, con el enfoque propio a la idiosincracia de su raza; identifican que el individuo escoge su futuro al seleccionar sus alimentos para lograr sus propósitos, identificando que el ser humano responderá a cierta actitud según qué coma.
   Ahora bien. Tengamos en cuenta que nace un niño en una familia que es vegetariana. ¿Qué va a incorporar como información nutricional este niño?. Que la vida, en cuanto a alimentación…Es todo vegetal.
   También, se presentan casos de familias que acostumbran comer carnes y resultan tener algún niño que rechaza su ingestión.
   Entonces, podemos ver que no existen reglas fijas ni parámetros que puedan “encerrar” al ser humano en ningún “casillero”.
   Si es por raza, podrá haber nacido en cierto lugar, alimentado con los medios que tiene a mano; su genética da respuesta a su desarrollo orgánico-corporal que mostrará sus características; pero, en nada será la última palabra. Y probado fue, con mis propios ojos cuando, noté, con el breve paso del tiempo entre mi primer viaje a la India y el quinto, cómo los jóvenes eran más altos. Bien podemos, como ejemplo más próximo, también tener en cuenta en países como China y Japón.
   EL secreto está… En la alimentación.



                                  ADRIANA A. GROSSI

                                           27/01/12

HIGIENE EN LA COCINA



Muchas veces, se presenta que debemos consumir algo fuera de casa. Ya sea para desayunar, almorzar; merendar algo o cenar. Y, las más de las veces, nos entregamos al casi confiado descanso en que todo va a estar bien. Que el lugar es lindo, que encontramos buena ubicación de una mesa; que el mozo o la moza viene solícito a atendernos y nos sentimos bien. Miramos la carta de menúes ofrecidos, preguntamos si no sabemos de qué se trata. Ordenamos y nos dedicamos a la feliz espera de que nos traigan lo ordenado.
   Como vamos a ingerir algo, resulta que decidimos pasar al baño para lavarnos las manos. Salvo algunas raras ocasiones, los baños se encuentran lejos de la zona de cocina. Y, nunca falta que, si se abre la puerta de ese sector de cocina, justo cuando pasamos, por curiosidad se nos ocurra dar una miradita hacia ese interior… Que, a veces, parece como si fuera una puerta dimensional que conecta con un plano de existencia a lo que no teníamos idea o no estamos acostumbrados: A veces mala iluminación, desorden; paños-repasadores con colores dudosos y que utilizan para limpiar los bordes de los primorosos platos que nos van a servir. Ni hablar cuando algo se les cae el piso y lo vuelven a colocar en la cocción, (Ciudado!. Hasta lo he visto hacer en programas de cocina por TV por cable!). utilizar un mismo cuchillo o tenedor para una pieza cocida y que antes manipularon piezas crudas… Las bacterias, no perdonan!. Y, si, algunas, son “incentivadas” por calor y, encima, por humedad…Ay!, Ay!, Ay!.
   La verdad que, desde antes de pensar en cómo preparar una comida; primeramente hay que estar pensando en los pasos de lavado, pelado, corte de cada verdura, carne, etc. , con un orden e higiene que sé que lleva tiempo; pero, que a la larga, agiliza el orden de los tiempos de cocción y hace que siempre, la zona de preparado, se vea despejada y limpia. Las herramientas: Cuchillos, tenedores, cucharas, etc. Separadas según el paso a seguir e, inmediatamente, desplazados a la bacha para su posterior lavado.
   Pero… De nada valdría tanta preparación si, la persona que se encarga de esos preparados, suele ser descuidada en su higiene personal, vestimenta y forma de trabajar. Puede llegar a preparar las salsas más exquisitas; pero, si para probarlas, en vez de usar cucharón de madera, mete su dedo… Adiós Arte, Adiós magia de la cocina. Adiós prestigio del local!.
   Una vez, a la hora del almuerzo, un mozo que debía traer un plato a nuestra mesa, miró su contenido y pasó su dedo en el costado del plato… Pedí otra cosa!.
   Misma situación y más…”Pintoresca” fue cuando una vez, en la India, en un “Restaurante”, pedí fideos saltados con vegetales, (bueno, las vacas…son sagradas!). El señor jóven me trajo el plato, lo miré; noté que los fideos estaban fríos, aún sin probarlos. Le llamé y le dije el motivo. Me miró, miró los fideos y… Metió un dedo entre los fideos y me dijo, serio, que sí, efectivamente, estaban fríos!.
   Me costó salir del asombro por lo sucedido, era la primera vez que me pasaba; luego, comprendí que estaba en la India, pero…. Pedí que me sirviera otra cosa!.
                                                         
                                                                ADRIANA A. GROSSI

                                                                        27/01/12

jueves, 26 de enero de 2012

BEBIDA CON HIELO…? HUMM… NO, GRACIAS!



Sí, a veces, esa inmensa “caldera” que es nuestro aparato digestivo, nos pide a grito sentir algo fresco!.
   Pero, no precisamente una ensalada, una fruta; quiere líquido!. Y, muchas veces, nos asombramos que puede ser un día fuerte y frío pero, ahí estamos: Queremos una bebida fría!.
   Siempre digo que, al cuerpo, hay que “escucharlo”. Pero, lo que resolvamos, tratemos de hacerlo del mejor modo posible.
   Con que una bebida esté a unos pocos grados menos que la temperatura de nuestro cuerpo, habremos cumplido!.
   Ahora bien, esa bebida, si ha estado al frío, embotellada en orígen… Todo bien!. Conserva sus propiedades, sabor; brinda satisfacción, etc.
   Distinto es cuando, a la bebida, se le agregan cubitos de hielo.
   Ya de por sí, si lo pensamos: Estos cubitos de hielo…¿Refrescan verdaderamente la bebida?.
   Una vez, en una confitería, me puse a observar que habían servido unas gaseosas, (en otra mesa), y los vasos largos ya venían con cubitos de hielo en su interior.
   Comencé a pensar en el posible “orígen-nacimiento” de los mismos: La cocina de la confitería. Los recipientes para formar los cubos de hielo en la heladera… ¿Estaban limpios esos recipientes?.
   El agua utilizada. ¿Cargaron esos recipientes apenas abrieron el grifo o dejaron que se “clareara” el agua de sedimentos de la cañería?.
   Luego, esos recipientes, ya con el agua, ¿Se colocaron inmediatamente en la heladera, o quedaron sobre alguna mesada, absorbiendo olores y partículas de polvo del ambiente?. El hielo, es como una “esponja” para los microorganismos!.
   Esos hielos que sirvieron, ¿Eran nuevos o resultaron pertenecer a algún recipiente “olvidado” en la heladera?. El hielo… “Envejece”!.
   Luego, cuando sacaron el recipiente de la heladera, ¿Colocaron los cubos en un recipiente limpio y acondicionado?.
   Quien, en la cocina o ya en la zona de la pre-barra de servicio, manipula esos cubos de hielo. ¿Cómo lo hace?. ¿Con la reglamenteria pinza de servir o distribuye, esos cubos de hielo, en cada vaso o recipiente, con la mano?.
… Cuando llegó el mozo para atenderme, me preguntó:
-      ¿Qué va a beber?.
Le respondi, con una sonrisa:
-      “Café”.
                                              
                                 ADRIANA A. GROSSI
                                                                                     
                                          26/01/12 

ESAS “EXTRAÑAS” SEÑORITAS LLAMADAS PSEUDOMONAS

   
   Si hay algo más poético, más hermoso y más expresivo: Son las manos!.
   Pues bien. Debemos cuidarlas!.
   Son las herramientas más completas con que contamos en el cuerpo humano: Acarician, agreden; toman, lanzan. Crean… Bueno, sirven para construir lo que crea la mente.
   Siempre que voy a algún lugar donde voy a consumir algo, lo primero que le miro al personal de servicio: Sus manos!. Y no por bonitas; sino, por lo limpias.
   Unas uñas con dudoso color oscuro, significan que están “habitadas” por ciertas, (una de tantas), bacterias poderosas y peligrosas denominadas, en este caso: Pseudomónas.
   Sin obsesionarse, son pocos y muy importantes los cuidados de higiene que toda persona puede ejercitar y acostumbrar como para llevar una vida algo más tranquila en su diario vivir.



                                                       ADRIANA A. GROSSI

                                                             26/01/12

CÓMO TRATAMOS NUESTRAS HERIDAS?. (PARTE 5)

  
   Estando En la India, (hice un total de cinco viajes, el primero en el año 1989). Solía visitar un lugar donde había una elefante grandota y muy bonita. En una oportunidad, noté que el señor cuidador, caminaba algo lento y me mostró un corte que se había hecho en el pie. Noté que tenía, sobre la herida al descubierto, una especie de polvo oscuro, granuloso. Uno de sus hijos, que oficiaba de intérprete, me comentó que se había colocado café molido para detener el flujo de sangre. Y noté que había resultado!: Interesante!.
   Como también me gusta la parte antropológica de la vida, me puse a observar, sentir y tratar de comprender, del mejor modo posible, esa “ventanita” que se me abría al mundo de la India. Hasta conté, por mi aspecto, de la posibilidad de mimetizarme, vistiendo a su usanza; casi, casi, como un leve entender qué pasa en su “piel”.
   Y aprendí, aprendí mucho y sigo aprendiendo a cada instante de todo lo que me presenta la vida.
   Ya en el primer viaje, sentí la seductora caricia, atrayente, de investigar sobre su medicina ancestral: “Ayurveda”. Que significa: “Ciencia de la Vida”. Estudié, me recibí, volví a mi país y me encontré que, esta medicina aún no era considerada como tal, que no tenía equivalencias y, en la facultad de medicina, me dijeron que debía cursar toda la carrera de nuevo. Pensé, “Si hago de nuevo la carrera, me voy ajubilar antes de ejercer”!. Es por eso que me dedico a la investigación.
   Otro tanto me sucedió con la medicina Ortomolecular, cuyo fundador es Linus Pauling.
   Volviendo a la medicina Ayurvédica, me enamoró el enfoque de “unidad” en cuanto al paciente, el reconocerlo como un hermoso todo. Es más, cuando me ponía a ver qué medicinas habían en existencia, perfectamente elaboradas, fraccionadas y para su venta. Según para qué sintomatología, figuraba un alto porcentaje de elementos naturales para el síntoma en cuestión y, el otro porcentaje, eran componentes para los órganos aledaños!. Realmente, era un enfoque perfecto para obtener excelentes resultados!.
    Es más, la base del conocimiento de la medicina clínica, es fundamental para conocer el funcionamiento en conjunto de un cuerpo, en este caso, humano. Luego, sí, puede venir la especialidad; pero, nunca, apartarse de la base de que el cuerpo humano funciona como conjunto!.
   Un ejemplo, una persona con cataratas. La sintomatología se refleja y puede ser identificada en el ojo; pero, ese ojo, viene a ser el receptáculo de una especie de partículas específicas que circulan por el cuerpo y que, por sus condiciones, se depositan ahí.
   El cuerpo, realmente, es un todo. Debemos y podemos cuidarlo!.



                                                                         ADRIANA A. GROSSI
                                                                           26/01/12

miércoles, 25 de enero de 2012

CÓMO TRATAMOS NUESTRAS HERIDAS? (PARTE 4)

                 Ya hice una suave introducción, casi a vuelo de pájaro, sobre algunos elementos con los que podemos contar, ante una herida sencilla donde nos podamos valer por nosotros mismos, en una solución primaria y que nos puede haber tomado por sorpresa... inesperada!.
               Ahora bien, según dónde está esa herida, en el cuerpo; veremos si podemos valernos por nuestros medios, mientras evoluciona, en nuestro diario vivir.
            . Si contamos con los elementos suficientes como para ocuparnos de la limpieza, curación y posterior protección para la misma.
            . Si tenemos la suficiente mente fría y paciencia para dedicar ese tiempo  extra para ese menester.
            . Si podemos verificar que el vendaje o parche, con su correspondiente adhesivo, se va a mantener en su lugar cuando desarrollemos nuestras actividades.
            . Si podemos sobrellevar esta situación extra sin que afecte a nuestro humor. Ya el sólo hecho de saber que nuestra piel, nuestro cuerpo, no es una pieza "completa"; puede, íntimamente, hacernos sentir disminuídos para realizar ciertas actividades.
           . Si podemos controlar estas nuevas sensaciones de tirones en la piel, picazón y hasta dolor y que lo soportemos, sabiendo el motivo, serenamente.
            . Si podemos ducharnos o higienizarnos sin perjudicar el proceso de curación. La higiene corporal, es cuando más tiene que estar presente.
           .En qué estación del año ocurre, la vestimenta y tratar de estar lo más cómodos posible.
           . Darle especial importancia al descanso nocturno, bien acondicionado el parche, de manera que no estamos en un sueño entrecortado, pendientes a ver si se desplaza o se despega.
          . Tratar de hacer una vida normal hasta que vuelva a ser "normal"
                                                                                      
                            ADRIANA A. GROSSI
                                       25/01/12
            

CÓMO TRATAMOS NUESTRAS HERIDAS? (PARTE 3)

      
      Retomando mi interés por los beneficios de la aplicación de gasas, sobre una herida; me puse a comprobar sus beneficios por la trama y calidad estéril de su hilado.
      Según su medida, la gasa puede estar presentada, plegada, (cuando sus dimensiones por lado son grandes); o, con sus capas superpuestas, cortadas prolijamente y con su respetable grosor. Como en el caso de gasas de más reducidas dimensiones por lado.
     Le doy importancia a estos importantes detalles: Según la necesidad y posibilidad de absorción de los líquidos que pueden drenar de la herida. A mayor grosor de gasa, dá más tiempo para que cumpla su función de absorción, permitiendo que la herida no sea manipulada tan seguido y respondan mal los tejidos.
    Lo que permiten las gasas, secas; humilde, sabia y amablemente, es la posibilidad de que la herida, aún estando cubierta y a resguardo del medio ambiente; pueda, y aún habiéndole colocado el medicamento requerido, “respirar” a su tiempo y respondiendo para un resultado mucho mejor.




                                                 ADRIANA A. GROSSI
                                                         25/01/12

martes, 24 de enero de 2012

CÓMO TRATAMOS NUESTRAS HERIDAS? (PARTE 2)

   
   Pensar que, más de una vez, los grandes descubrimientos, surgen de pequeñas cosas y necesidades inmediatas…
   Es el caso de cierto señor Earle Dickson, estamos hablando del año 1920, en Estados Unidos, en este caso; que se encargaba de contratar algodón para una gran empresa y, notaba que su esposa, en sus quehaceres diarios, terminaba con varios cortes en los dedos de sus manos. Este señor, ideó un modo de tratar de solucionar los percances de su esposa. Ideó de colocar una especie de gasa sostenida con una banda adhesiva para sujetar la misma. Luego, esa idea, se fue perfeccionando hasta convertirse en los hoy conocemos, para heridas “breves”, cortes y raspones “controlables” como banditas o “curitas”.
   Curitas… Dá sensación de algo así como que sirven para curaciones chiquitas!.
   Me puse a investigar en casi todas las posibilidades de este tipo de bandas adhesivas que sirvieran para tal función. De distintos grosores. Algunas de trama tan apretada que, al intentar pegarlas, es como tuvieran una especie de “memoria” y siguen su “Línea” recta y hacen caso omiso a la superficie por cubrir; además, su elemento adhesivo, parece no querer hacerse “amigo” de la piel. Resultado: Lo que se quiere adherir, tal vez una gasa o parche o apósito sobre una superficie de piel, este tipo de banda adhesiva, si se pega al elemento, no hace lo mismo con la piel!.
   Otro tipo de bandas adhesivas en rollo, tiene tanto pegamento que, sí, se adhieren todas las partes y elementos pero, a la hora de hacer recambio para higienizar. Primero, cuesta retirar la pieza; luego, la piel sufre agresión por la tensión al ejercitar tal acción y, luego, lo que más lleva tiempo: ver el modo de tratar de retirar los restos de ese pegamento sobre la superficie de piel. Y, muchas veces, no hay alcohól ni nada que se le parezca que pueda lograr esa función. Resultado, piel agredida, mucho tiempo de exposición de la herida al descubierto; pérdida de tiempo y, al pretender colocar una nueva y limpia pieza para ahderir en esa zona, ya hay que estar pensando en aplicar en una zona más amplia ya que la zona anterior está más que sensible!.
   Siguiendo con el tema de elementos-cintas adhesivas, no todas las cintas adhesivas sirven, en el uso diario, para un mismo propósito.
   Existen cintas adhesivas para aplicar en arreglos para electricidad, juntas para distintos materiales, etc…. Pero, no conveniente para trato para pieles, en este caso, humanas.
   Pero, ¡Qué notable y que me causó gracia y me hizo reír!:.
   Resultó que tuve que hacer un arreglo en un cable y, para proteger el arreglo, busqué una cinta aisladora, específica, y… Resultó que no tenía!.
   Miré el cable arreglado, mostrando su “herida” de hilos prolijamente retorcidos, cobrizos, a la vista y me puse a pensar de qué medios contaba como para suplir esa falta.
   Asocié las necesidades presentes:
   “Superficie expuesta”, debo cubrirla.
   “¿Con qué medios cuento, ya que no tengo los que corresponden, o se acostumbran…?”.
    Miré a mi alrededor, sonreí.
    Me acordé del botiquín y….
    Bueno, ahora el cable, reparado, ostenta una primorosa y pulcra… Curita!.




                                     ADRIANA A. GROSSI
                                              32/01/12

viernes, 20 de enero de 2012

CÓMO TRATAMOS NUESTRAS HERIDAS?. (PARTE 1)

  
   En algún momento de nuestras vidas, nos hacemos un corte, una herida. No importa dónde. ¿Qué hacemos?.                  
¿Sabemos qué hacer?.
¿Nos instruyeron?.
¿Contamos con los medios?.
   Días atrás, me puse a pensar sobre aquellos elementos de fácil acceso con los que podemos contar en alguna farmacia o centro asistencial o que se le parezca.
   Puse especial atención en cuanto a parches como para proteger una herida.
   Me deciqué a comprar distintos tipos de gasas esterilizadas para estudiar el modo en que vienen acondicionadas. Según la marca, es el tipo de precinto hermético con que cuenta. Y, justamente, algunas marcas, en un caso de urgencia, no ayudarían a salir del paso!.
En cuanto a medidas, en cada sobre, (compré de diferentes medidas), apenas se puede identificar la mismas por una esrie de números impresos a máquina que, en un momento de urgencia… Traen a confusión. En realidad, cada sobre, debería tener impreso, bien grande, la medida y señas particulares para orientar a aquella persona que debe accionar en un caso donde el tiempo apremia y no puede contar con la paciente delicadeza de poder identificar tan diminutos números y medidas.
    Luego, me puse a pensar. “Pues bien. Tengo indentificado el tamaño  de dicho parche-gasa para cubrir esa superficie-herida pero, debo cuidar la misma y sólo cuento con una sola mano para poder abrir el sobre. ¿Qué hago?. ¿Cómo hago?. No tengo tijeras a mano, no pude preparar con antelación la apertura de dicho sobre. ¿Lo abro con los dientes?. NI hablar de aquellos sobres que cuentan con uno de sus lados con una película de lámina de plástico!.
   ¿Y… Si dichos sobres contaran con una delgada línea punteada, sin afectar la esterilización, para facilitar la gestión?.


                                    ADRIANA A. GROSSI
                                         20/ 01/ 12