lunes, 16 de julio de 2012

SABEMOS ENSEÑAR…?


  
    Una cosa es el programa de estudios; y otra, muy diferente, el método para aplicarlo y que funcione.

   Lo que importa, es que el estudiante aprenda y acepte que le gusta la materia; por eso, hay que diagramarla de una forma en que se sienta seducido e impulsado en descubrirlo.

   Existen materias a cursar que tienden a ser identificadas como "áridas" y tediosas, si no largas... Y esa tesitura se incrementa por la postura que toma el estudiante ante la misma. Ya sea porque le comentaron al respecto, por experiencias de otros; porque se trata de algo que no conoce y/o piensa que no va a servirle para la actividad que piensa desarrollar, etc.

   Antes de pensar en implementar un programa de estudios, hay que tener en cuenta a quiénes va dirigido:

   A menor edad, información dosificada. Y así, esta ecuación, edad/información, deberá ser proporcional a los requerimientos exigidos.

   Identificando esto, habrá que tener en cuenta en qué medios se mueve y con qué cuenta el estudiante. Muy distinto es si ese estudiante es de zona rural a uno que cuenta con mayores estímulos externos y posibilidades. Su respuesta a la información tendrá una "velocidad" de comprensión y aplicación acorde al trabajo constante de su cerebro. Además, se verá que, según la materia de estudio, qué parte del cerebro trabajará; si el lóbulo izquierdo o el derecho; la parte analítica o la creativa de ese cerebro. Distinto es si se trata de ciencias denominadas exactas a otras que no.

   Otro detalle, más que importante, es si se trata de una materia nunca o poco antes vista por el estudiante; o, si tiene un somero conocimiento sobre el tema. Entonces, para impartir dicha materia, habrá que poner mayor énfasis en proveer de una introducción clara y completa para que entienda de qué se trata, cuál es el propósito para que la estudie y qué aplicación le dará en un futuro.

   Igualmente, antes de instruir sobre una materia, se deberá nivelar el grado de comprensión de los estudiantes presentes. Es común que no se tenga en cuenta ese detalle. Se imparte la instrucción según programa; pero, con el tiempo, sale a la luz que van quedando, algunos de esos estudiantes por no captar y comprender de qué se trata, en el camino.

   Una persona que identifica que le cuesta entender algo, va teniendo huecos en el transcurso de su aprendizaje; y, muchas veces, por temor al ridículo o por falta de atención del instructor. La instrucción se irá alejando en proporción angular, del estudiante, y a medida que pase el tiempo, la brecha se irá haciendo cada vez más amplia hasta que los resultados se vean a fin del año lectivo y requiera que, el estudiante, tenga que visitar las mesas de exámenes para nivelar lo que no pudo comprender sobre esa materia en el momento que correspondía.

   En la actualidad, para presentar una materia, se recurre a esa dudosa y cómoda "muleta-de-instrucción" como pasar diapositivas, hasta videos para que observen los estudiantes.

   Pero... ¿"Instruyen..."?.

   Volviendo a lo que respecta al funcionamiento cerebral:

    *  Según el tipo de estímulo es el resultado que se logra.

    * Según la dosificación de la información, se fija o no, la misma.

   Algo importante a tener en cuenta es la duración del tiempo en que se expone un tema. Normalmente, se calcula unos cuarenta y cinco minutos estipulados para que el estudiante preste atención.

   Luego... El recreo!. O sea, hacer un "corte" de atención, en el estudiante, como para que no se "canse". Y, así, tener la mente más despejada como para seguir atendiendo en una Institución de enseñanza primaria, secundaria, terciaria, etc.

   Sino, el instructor podrá gozar de la presencia de los estudiantes, sentaditos, tranquilitos; los ojos fijos a su persona, pero, con su atención y/o pensamientos "volando" en cualquier otra cosa.

   Si a una persona se le imparte mucha cantidad de información, de golpe, dará como resultado una comprensión deficiente sobre todo lo expuesto. Además, existe un detalle comprobado y más que interesante: Al cerebro, no le gusta "trabajar" mucho que digamos!.

   Está el ejemplo típico que, si a una persona le cuesta dormir de noche, le digo. ¡LEA!. Y, podrá comprobar que, luego de leer las primeras líneas de un texto, comenzará a sentir que sus párpados se volverán "pesados" y querrá dormir!. Sino, ¿Por qué, cuando las personas deben estudiar y/o trabajar en un escrito, etc., toman café y otro tipo infusiones varias, estimulantes, para mantenerse... "Despiertos"?.

   Está bien que, el subconsciente, se encarga de "almacenar" todo tipo de información, sensaciones y demás. Pero... ¿Cómo lo logramos en el consciente?.

   El consciente, es la "modalidad" activa con que cuenta el cerebro para que realicemos distintas funciones, entre ellas: Prestar atención, discernir y trabajar sobre cualquier información que incorporemos para nuestra aplicación individual.

   Ahora bien, pongamos el caso en que la información es mucha; nos cansamos y nos distraemos; podemos saber que el inconsciente “almacena" todo tipo de información, la que nos interesa y todos los detalles que estuvieron presentes en esa clase: Sonidos, luminosidad del lugar: si hay luz natural o no; olores, sabores, temperaturas; la hora del día: Distinto es si estamos en la primera clase o si esa clase está rondando la hora de tomar un refrigerio, si no ya una comida más fuerte.

   El grado de atención estará dada según la cantidad de hidratos de carbono, que se transforman en "azúcares" que nos dan energía, a nuestro cuerpo. Si estamos en horarios de la media mañana o la media tarde, podremos sentir una "baja" de atención en cualquier cosa que hagamos; se ha reducido nuestro nivel de energía, llamada hipoglucemia, que afecta nuestro normal rendimiento en todo lo que hagamos, basta un bocadillo o una bebida, caliente o no para solucionar ese aspecto... En el recreo!.

   Volviendo a la importancia de una clase. Qué hace, cómo se comporta el instructor para que los estudiantes acepten iniciar esa clase: ¿Pide atención o su presencia es suficiente?. ¿Ama lo que hace?. ¿Le importa instruir?.

   Los resultados, los dan las partes actuantes en cada situación.

   Antes que buscar de cumplir con un programa de instrucción, importante es ver, de modo constante, el rendimiento de los estudiantes presentes. Observar los diferentes “ritmos” de atención que se presentan. Es que, el instructor, nunca puede ni debe estar ubicado en un solo lugar, dentro del Salón de clases, para poder captar el conjunto desde distintos ángulos visuales. Pero debe tener en cuenta de no “bombardear”, a los estudiantes, con estímulos sobrepuestos como, por ejemplo: Prestar atención de lo que dice y hace el instructor, prestar atención si existe algún tipo de soporte visual que representa el tema a tratar; y, ni hablar si, los alumnos, encuentran necesario tomar apuntes sobre el tema expuesto!. Resultados bastante difíciles de retener algo y menos concentrarse ya sea por parte de los estudiantes como hasta por parte del instructor.

   Es un ejemplo más de interrelación de personas en sus distintas vivencias.

   Por eso, reflexionemos sobre éstos y muchos aspectos más…

   ¿Sabemos enseñar…?


                ADRIANA GROSSI

                   15/07/12

             PSICORIENTÓLOGA