domingo, 10 de febrero de 2013

QUIEN PRESTA UN LIBRO... PIERDE UN AMIGO!.



La vez pasada, entré a una librería y me regocijé al ver que había un libro que, doce años atrás, había "perdido" de vista por haberlo prestado!.

Detrás del mostrador de atención a público estaban presentes dos personas, una señora jóven y un señor también jóven. Me acerqué sonriente y emocionada al mostrador, justo cuando se aproximaba una jóven cliente.

A todos les comenté de mi satisfacción de "reencontrarme" con tan interesante libro. Fué allí cuando estas personas comenzaron a comentar de los "peligros" de caer en la inocencia de prestar un libro y creer que nos lo van a devolver!.

Ciudado, también existen buenas personas que sí los devuelven, pero son las menos!.

En su momento comenté que, cuando se presta un libro, se ingresa en una situación tipo ejercicio-de-ver, entre las partes actuantes, quién cede y quién respeta lo ajeno. Y, más de una vez, se encuentra la persona en la difícil e incómoda tarea de reclamar lo que les es propio. Y... La facilidad con que, a la persona que lo debe devolver... le entra la "amnesia"!.

La verdad, es una situación bastante difícil, muchas veces, de resolver con tacto y lograr dicha devolución!.

Comenté que, en el Antiguo Egipto, existía una frase más que hermosa:

..."Ama los libros como a tu madre".

... Bueno, comenté que, para mí, la frase es: "Ama los libros más que a cualquier cosa!.

Paso a explicar:

Un libro, es un tesoro, lleno de palabras, con tesoros por descubrir. El hecho de tomar su peso, recorrer sus hojas y sentir su textura. Disfrutar de ese momento especial en que dedicamos el "momento" para "recorrer" las palabras; esas que, según el tema, autor/a, etc. nos llevan de la mano a veces al conocimiento de algo, o nos transportan a otros tiempos o nos "cuentan" despacito "eso" mucho más de lo que han escrito.

 
 
 
Compartiendo los comentarios, inspiró profundo y, con la solemnidad de un Druida, comentó:

... "Quien presta un libro... Pierde un amigo".

Y, sí. Si lo pensamos un poco, ante la situación incómoda que se suele presentar cuando se reclama la devolución de un libro, y aunque corresponda.. Se "pierde" ese amigo!.

Comenté que, después de aprender este lamentable ejercicio de "perder" libros, al prestarlos; opté por indicar, a la persona interesada en algún libro que yo comento... dónde puede adquirirlo y... Todos amigos!.




Y sí, es cierto:

... "Quien presta un libro, pierde el amigo...

... Y el libro!.


ADRIANA GROSSI

10/02/13

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