martes, 24 de enero de 2012

CÓMO TRATAMOS NUESTRAS HERIDAS? (PARTE 2)

   
   Pensar que, más de una vez, los grandes descubrimientos, surgen de pequeñas cosas y necesidades inmediatas…
   Es el caso de cierto señor Earle Dickson, estamos hablando del año 1920, en Estados Unidos, en este caso; que se encargaba de contratar algodón para una gran empresa y, notaba que su esposa, en sus quehaceres diarios, terminaba con varios cortes en los dedos de sus manos. Este señor, ideó un modo de tratar de solucionar los percances de su esposa. Ideó de colocar una especie de gasa sostenida con una banda adhesiva para sujetar la misma. Luego, esa idea, se fue perfeccionando hasta convertirse en los hoy conocemos, para heridas “breves”, cortes y raspones “controlables” como banditas o “curitas”.
   Curitas… Dá sensación de algo así como que sirven para curaciones chiquitas!.
   Me puse a investigar en casi todas las posibilidades de este tipo de bandas adhesivas que sirvieran para tal función. De distintos grosores. Algunas de trama tan apretada que, al intentar pegarlas, es como tuvieran una especie de “memoria” y siguen su “Línea” recta y hacen caso omiso a la superficie por cubrir; además, su elemento adhesivo, parece no querer hacerse “amigo” de la piel. Resultado: Lo que se quiere adherir, tal vez una gasa o parche o apósito sobre una superficie de piel, este tipo de banda adhesiva, si se pega al elemento, no hace lo mismo con la piel!.
   Otro tipo de bandas adhesivas en rollo, tiene tanto pegamento que, sí, se adhieren todas las partes y elementos pero, a la hora de hacer recambio para higienizar. Primero, cuesta retirar la pieza; luego, la piel sufre agresión por la tensión al ejercitar tal acción y, luego, lo que más lleva tiempo: ver el modo de tratar de retirar los restos de ese pegamento sobre la superficie de piel. Y, muchas veces, no hay alcohól ni nada que se le parezca que pueda lograr esa función. Resultado, piel agredida, mucho tiempo de exposición de la herida al descubierto; pérdida de tiempo y, al pretender colocar una nueva y limpia pieza para ahderir en esa zona, ya hay que estar pensando en aplicar en una zona más amplia ya que la zona anterior está más que sensible!.
   Siguiendo con el tema de elementos-cintas adhesivas, no todas las cintas adhesivas sirven, en el uso diario, para un mismo propósito.
   Existen cintas adhesivas para aplicar en arreglos para electricidad, juntas para distintos materiales, etc…. Pero, no conveniente para trato para pieles, en este caso, humanas.
   Pero, ¡Qué notable y que me causó gracia y me hizo reír!:.
   Resultó que tuve que hacer un arreglo en un cable y, para proteger el arreglo, busqué una cinta aisladora, específica, y… Resultó que no tenía!.
   Miré el cable arreglado, mostrando su “herida” de hilos prolijamente retorcidos, cobrizos, a la vista y me puse a pensar de qué medios contaba como para suplir esa falta.
   Asocié las necesidades presentes:
   “Superficie expuesta”, debo cubrirla.
   “¿Con qué medios cuento, ya que no tengo los que corresponden, o se acostumbran…?”.
    Miré a mi alrededor, sonreí.
    Me acordé del botiquín y….
    Bueno, ahora el cable, reparado, ostenta una primorosa y pulcra… Curita!.




                                     ADRIANA A. GROSSI
                                              32/01/12

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