sábado, 28 de enero de 2012

DIME QUÉ COMES Y TE DIRÉ EN QUÉ TERMINAS (PARTE 2)

   
   Muchas veces, nos “preocupamos”, nos “enojamos” y hasta terminamos aceptando la supuesta
cruel “realidad” de que las calorías, junto a los “perversos” hidratos de carbono que atentan en nuestra contra… Han vencido.
   Pues no. No es así.
   El asunto es qué hacemos con ellos!.
   Además, ¿Quién es que domina el cuerpo?. ¿La persona o lo que ingiere?.
   Está probado que la voluntad, no tiene fronteras… Si nos lo proponemos!.
   En cuanto a lo que consumamos, (me estoy refiriendo a alimentos, no a “distracciones” que a veces tientan por sus sabores, empaquetados en simpáticos paquetitos; y que, reglamentariamente tiene impreso, por ley y en esa letra tan chiquita que nadie se toma el trabajo de leer pero que sí “confiesa” aquellos componentes no tan saludables pero que sí sirven para conservar la salud del producto empaquetado: Conservantes, colorantes supuestamente permitidos y otros etc.).
   Pensar que, cuando era chica, lo único que había en mercado eran una bolsas grandotas con papas saladas, (que en realidad eran rodajas de nabo, pero elementos naturales al fin), que se compraban para reuniones, copetines y demás.
   Ahora, presentan tantas variedades saborizadas, tan “seductoras” para las papilas gustativas; y, hasta me pongo a pensar y me pregunto si no llegarán a ponerle algo que incite a su “desenfrenada” ingesta sin que el usuario se dé cuenta. Perdón, es que recordé que tenía un gato al que le compraba un paquetito de alimento que tenía tártar y… Le había creado una dudosa adicción!.
   EL secreto radica en saber identificar y diferenciar entre lo nutritivo, que también puede gustar, y la “tentación”!.
   La vez pasada, una persona, con expresión “sufriente”, me comentó que estaba realizando una dieta más que estricta. Le comenté que no era necesario “sufrir” tan de golpe al sentirse “despojado” de aquellas cosas que le daban satisfacción; sino, lograr el justo equilibrio. Como por ejemplo: ¿Le gustan los fideos?. No se prive!. Pero tenga la cortesía, de degustar un bocado-rollito en su tenedor, disfrutarlo y sentirse cumplida. Sino, ante esa privación, iba a estar pensando, constantemente, en esos fideos que no le dejan dormir y sería como tener un fideo pegado en la mente!.  



                                           ADRIANA A. GROSSI

                                                   27/01/12

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